Lorenzini, quien llevaba adelante el expediente por el concurso preventivo de acreedores de la agroexportadora Vicentin, decidió correrse de la causa al adjudicar “violencia moral” y un “resguardo del decoro que exige la investidura de magistrado”.
“Considero indispensable formular mi excusación para continuar actuando como juez en este expediente, con fundamento en la violencia moral que me produce una solicitud de juicio político presentada ante la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe, por parte de un representante de acreedores, y en resguardo del decoro que exige el ejercicio de la magistratura en este caso en particular”, puntualizó Lorenzini.
Otro dato a tener en cuenta es lo que sucedió a fines de febrero pasado cuando después de más de ocho meses que el entonces presidente de la Corte Suprema de Justicia santafesina, Rafael Gutiérrez, ordenara la suspensión de los términos judiciales y el avocamiento del proceso judicial solicitado por un acreedor y después de casi tres meses de la sentencia del máximo tribunal que rechazó ese pedido y ordenó su devolución, el expediente volvió a estar a disposición del titular del juzgado de Reconquista.
La deuda total es de US$1.350 millones, de los cuales unos 1.000 millones corresponderían a préstamos de los bancos.
