Durante el sábado de gloria, la Iglesia Católica no realiza eucaristías, no toca las campanas, el Sagrario se deja abierto y vacío, el altar está despojado y no se administra ningún sacramento excepto la Unción de los enfermos y la Confesión de los pecados.
El Sábado Santo es un día de luto, ya que son 24 horas de silencio tras la crucifixión y muerte de Jesús el Viernes Santo. Por ese motivo, no suele haber celebraciones religiosas. En su lugar es una jornada de descanso, reflexión y calma para estar con los seres queridos y con la familia.
Para los católicos, el Sábado de Gloria es la conmemoración de Dios hecho hombre en el sepulcro y su descenso al abismo, ya que es la fecha en que Jesucristo permaneció muerto en su tumba para luego reaparecer en el Domingo Santo. Este día pone fin al Triduo Pascual (Jueves, Viernes y Sábado Santo).
