Una “bomba sucia” es un arma convencional cargada con material radioactivo, como el que se emplea en radioterapia médica, conservación de alimentos o en pruebas de materiales industriales bajo condiciones controladas.
Debido a la posibilidad de construir una “bomba sucia” con materiales radioactivos de uso civil, los gobiernos en todo el mundo intentan mantener un control y monitoreo estricto de éstos, bajo el paraguas del OIEA, para evitar que grupos terroristas o criminales puedan obtenerlos.
No debe confundirse, a las “bombas sucias” con las bombas nucleares, en las que una explosión de enorme poder destructivo se produce luego de una fisión de material altamente radioactivo, en el contexto de un proceso altamente sofisticado que apenas pocos países dominan entre los cuales figuran, Estados unidos y Rusia.
¿Qué daños puede ocasionar y a quién afectaría?
El principal peligro de una bomba sucia deriva de la explosión, no la radiación, según los CDC. Puede causar lesiones de gravedad y daños a la propiedad.
Solo las personas que se encuentren muy cerca del lugar de la detonación estarían expuestas a cantidades de radiación suficientes para provocar enfermedades graves inmediatas. Sin embargo, el polvo y el humo radiactivos sí pueden dispersarse a mayores distancias y ser peligrosos para la salud si las personas respiran el polvo, comen alimentos contaminados o beben agua contaminada.
