- Quiero pedir disculpas porque jamás en la vida se me hubiese ocurrido tener intenciones de matar a alguien.
- Escuché sobre mí cosas que no reconocía. Hablaban con tanto odio que me hacían doler muchísimo.
- Cuando se estaba haciendo de noche ya estábamos medios mamados. Ya afuera (del boliche Le Brique) fui a donde estaban sentados los chicos. Dije ‘se van a pelear’ y apenas me meto, para sacarlo, me pegan una piña en la cara. Así reaccione pegando patadas. Pero jamás en la vida lo hice con intención de matar a alguien.
- Dicen que yo organicé, que soy líder. Pero yo me metí a pelear porque vi que era una persona contra muchos. Un amigo me tocó y me dijo ‘basta’. Ahí vi que ya nadie estaba golpeando. Y me fui.
- Tomé conocimiento de la muerte al otro día. Un policía dijo ‘ustedes mataron a un pibe’. Me puse a vomitar porque no lo creía. Mi cabeza no lo podía procesar porque no lo entendía.
Hasta el momento, el acusado de 23 años es el más complicado por su participación en la golpiza que terminó en la muerte de Fernando Báez Sosa el 18 de enero de 2020.
La semana pasada, Haydeé Almirón, perito de la Policía Federal que realizó el estudio comparativo entre los calzados de los ocho acusados y los rastros que quedaron en el rostro de Fernando Báez Sosa, sostuvo que “se contrastó la huella del pie y que pertenece al ciudadano Máximo Thomsen” respecto a los análisis realizados en la cabeza y en otras partes del cuerpo de la víctima.
