Unos 156,4 millones de brasileños eligen presidente, tras una de las campañas más tensas y violentas de la historia.
Las encuestas dan como posible ganador a Lula Da Silva.
El voto es obligatorio en Brasil para todos los ciudadanos alfabetizados mayores de edad y con plenas capacidades legales, siendo opcional para las personas de entre 16 y 18 años y para quienes tienen más de 70.
Los votantes no pueden ir a la cabina electrónica con un teléfono celular, cámara o cualquier equipo de comunicación.
Con esta medida, el Tribunal Superior Electoral (TSE) busca garantizar el voto secreto.
“Después de entregar el documento de identificación se deberá dejar el celular apagado, siguiendo las indicaciones del secretario judicial”, instruyó el TSE.
