Pozos, basura fuera de los containers, excremento de animales hacen que un trayecto cotidiano se convierta en una verdadera aventura
Resulta una dura faena circular por las veredas de la ciudad, debido al mal estado al que se encuentran, pozos, faltantes de baldosas, basura fuera de los containers, excremento de animales, raíces que sobresalen los canteros, casas en total estado de abandono, esto hace que la cotidianidad se convierta en una aventura riesgosa.
Una ciudad con sus calles en mal estado no es agradable y constituye un riesgo para la población vulnerable (gente mayor, niños, y personas con movilidad reducida), y si a eso le sumamos la falta de cumplimiento de las ordenanzas sobre inclusión (rampas, sendas peatonales, etc., etc., etc.), transitar en la ciudad se hace complicado.
Entre los impuestos que pagamos se encuentra la tasa general de inmuebles que es “la prestación pecuniaria que anualmente debe efectuarse al municipio por la prestación de los siguientes servicios:
Asistencia pública, mantenimiento de alumbrado público, barrido, recolección de residuos, arreglo de calles y caminos, y conservación de plazas y paseos”.
También en las facturas de luz, agua y gas pagamos gravamen municipal, que implica alumbrado, barrido y limpieza.En síntesis, los rosarinos pagamos cuatro veces un impuesto destinado a mantener la belleza y el aseo del lugar en el que vivimos.
Esto hace que una gran parte de los habitantes se pregunten ¿Quién legisla sobre el abandono?
¿Será que la preocupación está centrada en la recaudación? Y no en la verdadera finalidad que tiene la política que es hacer que la ciudadanía tenga una vida mejor, eso incluye arreglar los espacios donde vivimos.
Todos deberíamos preguntarnos; ¿A quién le corresponde la responsabilidad política de una ciudad floreciente?
