Mucho se ha hablado de este síndrome, programas enteros en la televisión, artículos, conferencias, en nuestro país y en el exterior.
La referente en nuestro país para los neurocientíficos es Cristina Fernández de Kirchner, y esto ha vuelto a la escena porque la Vicepresidenta de la Nación ha dejado entrever que podría ser la candidata a Presidenta en el 2023, esto la llevaría a su tercer mandato a ocupar el Poder ejecutivo en nuestro país.

¿Qué es el Síndrome de Hubris o adicción al poder?
En griego la palabra Hubris, se refiere a las acciones crueles, vergonzosas y humillantes que un abusador cometía contra su víctima por mero placer.
Las personas que padecen este trastorno, generalmente líderes, se sienten capaces de realizar grandes tareas, creen saberlo todo y que de ellos se esperan grandes cosas, por lo que actúan yendo un poco más allá de la moral ordinaria.
No es una enfermedad como tal, aclara Federico Bermúdez Rattoni, investigador del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM.
Se trata de “una característica de personalidad y del momento en que una persona está en cierta situación social; es decir, hay personas que en el juego social pueden adquirir o tener mucho poder y esto los hace adictos a él”, dice el académico a la revista QUO.
Desde el punto de vista neurocientífica no hay ninguna evidencia de que pueda existir un cambio fisiológico en dichas personas; sin embargo, la psiquiatría lo aborda.
Personajes como Trump, Hugo Chávez, George W. Bush, Tony Blair, José María Aznar, Arthur Neville Chamberlain, Adolfo Hitler y Margaret Tatcher son algunos de los políticos que, a decir del médico David Owen, padecieron el síndrome de Hubris.

El médico y político británico David Owen sustentó en un artículo en la revista Brain, que este síndrome causa cambios psicológicos en políticos y personas en posiciones de poder que desarrollan inestabilidad mental.
